Sobre la Otredad, Said y Todorov

El ‘otro cultural’ fue pensado como diverso, como distinto. Por último, cuando torno a la noción de desigualdad: el otro cultural era producto de esa desigualdad. (Said, 1978).

Hablar de exotismo y primitivismo es hablar, en términos generales de otredad. Una otredad entendida como el vínculo que establece, en este caso, una actitud eurocéntrica, con algo o alguien que no soy yo, a decir, oriente. De esta manera se establece una representación dicotómica donde el ‘otro’ pasa a ser un objeto de observación por el sujeto que establece las normas imperativas para exarminarlo y categorizarlo a partir de una síntesis de juicios preconcebidos por una ontología de la diferencia donde el otro es aquello que no se puede comprender y, en este caso en particular, causa un encantamiento paradójico. Esta categorización se caracteriza por ser concebida desde una visión cosificadora y dominante.

(El orientalismo es una) disciplina sistemática a través de la cual la cultura europea ha sido capaz de manipular e incluso dirigir Oriente, desde un punto de vista político, sociológico, militar, ideológico, científico e imaginario a partir del periodo posterior a la Ilustración. –Edward Said.

El orientalismo fue creado a partir de los estudios poscoloniales, mediante los cuales se establecieron una serie de estereotipos que designaron la identidad oriental, que engloba las sociedades antiguas del occidente asiático. Estos estudios realizados mayoritariamente por interesados en lo ‘exótico’ se inspiraban en las lecturas de escritos de viajeros que habían experimentado estas otras culturas in situ, construye una cantidad de estereotipos que marcan la gran diferencia entre la realidad y la invención. Como bien sostiene Todorov, lo ‘otro’ no lo podemos conocer y mucho menos entender, reducimos nuestro entendimiento a valores de juicios derivados de nuestra propia cultura que nada tienen que ver con las que estamos analizando. Como él mismo se cuestiona: ‘¿De donde proviene esta enumeración de los rasgos de los que están desprovistos, puesto que no puede haberse originado, evidentemente, en la observación? ¿No será de nuestra propia sociedad?.’

Esta invención permanecerá a lo largo de toda la historia cultural, social y política, estableciendo una visión errónea e incluso manipuladora en las sociedades occidentales posteriores. Sin embargo, la propia sociedad occidental ha trazado su camino hacia el auto engaño y la paradoja del mundo oriental, ya que desde su posición eurocentrista adoptará una postura de superioridad ante el ‘otro’, es decir, lo oriental.

Se puede establecer fácilmente el vínculo de otredad que une el término orientalismo al que Edward Said dedica toda su obra, y el término primitivismo del cual Todorov nos habla en relación a los ‘salvajes’ con el descubrimiento de América. En ambos casos se habla de algo exterior que no pertenece al foco europeo pero que sin embargo crea un interés casi morboso para los occidentales que se han cansado de su propia cultura y buscan otras ópticas para, por una parte, apropiarse de lo interesado y por otra, para diferenciarse en su propia superioridad. Así será como nuevamente en su contradicción, los países orientales serán la excusa perfecta para criticar la propia nación europea a través de la comparación que, sin embargo, siempre finaliza con la auto superioridad establecida. Pero desde un posicionamiento originalmente europeo, ¿Como es posible conocer lo exótico?. La mayoría de los intelectuales se inspiraban en escritos de viajeros que el mismo Tadorov nombra; Jean de Léry y de Montaigne o Lahontan, entre otros. Las opiniones que estos lectores plasman en su obra son transmitidas a través de sus experiencias que sin embargo defraudan a muchos de sus lectores cuando se animen a viajar a tierras exóticas, preconcebidos por estereotipos que han leído en obras escritas por sujetos que han tenido su propia experiencia particular, y en ocasiones han exagerado para hacer de la narración algo más interesante. Es el caso de algunos lectores que nombra Edward Said; Napoleón y Ferdinand de Lesseps, que crearán su imagen de la tradición orientalista a través de lecturas externas.

Esta inferioridad que se constituye entorno a culturas ajenas deriva en una de las problemáticas que más a afectado a la humanidad; el racismo. Cuando Edward Said nos habla de las críticas de Schlegel sobre los semitas, que a pesar de intentar posicionarse desde una posición de alteridad hace comentarios xenófobos, aclara que es una posición bastante corriente en la cultura europea. Un claro ejemplo es el texto de Ronald Storrs, en su obra Orientaciones, escribe como la imagen que se tiene en occidente de las costumbres y la sociedad árabe son prejuicios establecidos en el despotismo que se tiene hacia lo oriental. Es interesante como el posicionamiento que adopta Edward Said es el de la deshumanización por parte del hombre blanco que ha cogido el poder de la supremacía mundial, como modelo de superioridad y perfeccionamiento.

En la contemporaneidad los problemas que exponen tanto Tadorov como Said siguen estando presentes, y quizás sea uno de los momentos donde ahora más que nunca, esto es una problemática incoherente debido a los cambios que se están originando; las nuevas tecnologías, los mass-media, la multiculturalidad, la globalización y las nuevas tendencias establecen un marco teórico donde el racismo, la otredad y el orientalismo pertenecen a una esfera de lo absurdo, pero que sigue vigente en el pensamiento. En esta situación se puede establecer una misma comparativa entre la visión de occidente-oriente entre el pasado y el presente; se trata de la opinión del espectador. El sujeto blanco contemporáneo sigue siendo, aunque en menor medida, un observador que ingiere ideas preconcebidas a través de los medios, sin cuestionarse más allá de lo que le han dicho o ha leído, si a esto le añadimos las reminiscencias que la historia nos ha dejado, no es de extrañar que a pesar de vivir en el siglo XXI caracterizado supuestamente por la caída de muros separatistas, siga habiendo un gran número de personas que forman parte de esa visión del antropocentrismo identitario.

Deja un comentario